De los rituales que hacemos las mujeres para conjurar las tristezas por nuestros amantes desaparecidos.
Y esperar que la vida te cure las heridas. Idear rituales y coger las flores amarillas y juntar los ramitos de romero y los de yerbabuena y creer en la luna y hacer los tres círculos alrededor de tu nombre junto a su nombre y pensar que la miel y el agua lograrán el milagro y saber que todo es inútil y que para un corazón roto no bastan remiendos de otros amores porque yo misma no estoy ni estoy aquí ni en el otro lugar. Y que saberlo no te ayuda nada. Y que tienes que sonreír y decir hola y la vida continúa y te levantas para mirar si el sol salió esta mañana o si hay nubes para asegurarte de que estás viva de nuevo y que tienes que decirte: debo seguir, aguantar el viaje por hoy. Y pensar y decir hoy no me dolerá y tomar gotas de flores "rosa de la esperanza" para que no me duela, para que no sienta, para que me calme el dolor por esta media hora.
Algo asi, como que yo soy yo, no porque yo sea, sino porque otro me mira, y entonces existo...
ResponderBorrarAlgo así como encontrarse en un desierto lleno de flores amarillas.. y lamer tu misma tus heridas, porque no encontraras a alguien que teja tan bien, como tu misma
Hola Ana María, tus poemas son hermosos, realmente me gustan y más contar con tu amistad.
ResponderBorrarUn abrazo,
María Elena