Para mí el tesoro más preciado son los recuerdos, un tesoro intangible que nadie me puede quitar. Me pertenecen a mí misma. Nadie sabe qué llevo adentro, en mi mente.
Los recuerdos son verdaderos, existen porque los viví, tuve esas sensaciones, olí esos aromas, degusté esos sabores, vi esos colores.
En algunas ocasiones me gusta recordarlos tal como fueron, como los sentí, los revivo tal como eran en esos instantes, esa es la evocación. En otras ocasiones puedo imaginarlos de otra manera, más cálidos, más dulces, e incluso, menos amables, menos
cálidos, menos dulces, más crueles, si puede pensarse algo.
Los recuerdos significan muchas cosas. Pueden ser la esperanza que sostiene una casa en los aires a la orilla del abismo, en una roca que se mueve... un barquichuelo que está a punto de naufragar.
Por qué cometer la desfachatez de decirle a alguien: "Tu y yo creamos unos recuerdos que debes borrar de tu imaginación". Como si fuera un tablero después de la clase y no quisieras que las otras personas vieran lo que escribiste. Una especie de vergüenza y de pudor, no quieres que nadie vea de qué se trató tu clase, de qué temas hablaste...
Espero nunca caer en esa soberbia absurda, espero nunca decirle a alguien: "olvida lo que hicimos, lo que dijimos, olvida que estuvimos juntos".
perseguir el lugar
ResponderBorrar¿dónde se borran los recuerdos?
¿dónde es el no ser?
¿quién tacha el instante?
La memoria traza nuestro sendero
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