martes, diciembre 05, 2006

Cortejo



La conoció en una barbacoa y le hizo el cortejo con cuidado.
Aunque era un renegado del amor, aún no lo invadía el tedio
insoportable del desinterés por las mujeres.
A veces, ella le hacía masajes con crema tibia y aceites perfumados, era como un rito,
una misa negra y él quedaba a su merced.
En sus brazos se sentía arrastrado por la corriente de un afluente encrespado,
se dejaba llevar por sus caricias y en el momento crucial él se pensaba en el cielo.
Después no quería saber nada de ella, hasta la siguente vez.

En la tarde del  jueves 15 de febrero de 2001

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡Que rico verte!
Escribe, me encanta saber qué opinas de esta página.
Penélope