sábado, diciembre 19, 2009

Esperar es una buena medida del afecto





Esperar es una buena medida del afecto
que hay que tasar poco a poco. 


La espera es una suma de días,
que serán noches en vela, 
madrugadas desconsoladas, 
mañanas  sin perspectiva.


¿Por qué la ausencia marca las horas con tanta lentitud?


Pero la espera siempre esconde la promesa de los amores que volverán como las golondrinas y las flores de los guayacanes cuando sea su temporada.