La
Junta Directiva de la Fundación de Poetas Vallecaucanos con el apoyo del Centro
Cultural Comfandi, en su programación mensual y celebrando los dieciocho años
de la Fundación, han invitado para la presentación del libro “Retazos de tinta y de papel” a la poeta
Ana María Gómez Vélez.
Empiezo
el acercamiento al libro de la poeta tratando de resolver una incógnita que Ana
María plantea al inicio de su libro.
Será
que al emprender el último viaje que entiendo es la muerte en su texto,
existirá quien regrese a las preguntas que se dejan plasmadas en las líneas
escritas. La muerte se lleva todo y todo lo sepulta, porque está íntimamente
ligada al olvido, hay que recordarlo, para no fenecer en el intento de la
creación por la creación misma, es decir ¿qué importancia tendría si alguien
regresa o no a las páginas que alguna vez se escribieron? Ellas están en el
ahora, y como en la hora cero pensaría que es suficiente.
Creo
que esa cantidad de escritos que guardamos en las gavetas un día alguien los romperá
sin ningún reparo ni remordimiento, no creo en ese posible seguir existiendo,
porque lo escrito ya pertenece al sentir del que se acerque a husmear entre los
versos lo que pueda ayudarle a sobrevivir en esta selva de cemento, y quizás no
importara quien los vivió o los padeció, quien en su locura se salvó de la
noche de los hombres, en una escritura que muy seguramente le permitió al
poeta, asumir un territorio
desencantado, como lo es en tantas ocasiones, la tierra, el aire que se
respira.
A los poetas nos tragará el mar con todo y si
alguien se salvara de esa arena múltiple, la unidad misma que es el universo,
ese puerto luminoso, sería el inicio de otro lenguaje que permanecería en su
centro con las connotaciones de aquellos que han alcanzado con el paso del
tiempo y de los años, el consagrarse.
Ese es el misterio poeta Ana María, escribir
el poema, lo inhóspito, la expiación. Vivimos sumergidos en un alfabeto que
enlaza los dedos y las manos, nos enreda los tobillos, sosiega y espanta,
misterio que hace más fácil trasgredir esa diferencia, no esperar nada que no
sea cintas que atan a los patios, miradas de devuelven infancias rotas y
proseguir esa búsqueda paralela e incesante del aire enrarecido y el aliento
del alba.
Vive
el poeta su saciedad, su errancia, el maravillarse o su hartura con la
existencia, con el mismo dolor de ahora y de antes. Nadie acudirá a salvar los
barcos de papel, los círculos que azoran.
De incendio en incendio los poetas vuelven polvo sus castillos, costumbre la del hombre, destruir lo que ama. Se teje y se desteje en esta instancia de lo que no llega, el amor colgado al cuello, a la cintura como un cilicio. Amores que se enredan, se zurcen, y exigen, se izan a los cuerpos y son velámenes que se lanzan al abismo. La existencia: trajinar las calles, asociar la luna con el que sueña y calla, con la hora de las mareas, con la claridad de una puerta, de una ciudad, con aquella voz que se oye en un bar.
Los
libros de poemas tan amados por quienes los escriben, proscritos por quienes guardan
en sus bocas, lenguas de ceniza, los que apolilla el olvido en las librerías,
debajo de las camas, sin embargo escritos por tantos, defendidos por quienes se
ungen en ellos, reiterados sublimizan la especie humana, la transforman en
greda y el poema levita, asume el papel de quien salva, de quien con el rigor
de la sal, sana la herida.
Poeta
Ana María su libro Retazos de tinta y de
papel contiene la esencia que la hace, porque el poeta es el poema, no hay
variantes ni otra alternativa, asume su verdad, el mundo que ve y siente por el
ojo de la cerradura, el lugar más oculto, el ritmo cambiante y obsesivo del
amor y los gestos.
Adentrarse
visceral y ambiguo, cerrado como una trampa, es el compromiso tácito del poeta
con él mismo y con el mundo.
Sea
sobre todas las cosas: la poesía, el poema, el poeta, esa trinidad cósmica,
capaz de esa transición que se hace visible en la escritura misma, que es el
desciframiento, esa radiante felicidad que es el lenguaje y el símbolo. Así
transformado el laberinto, quedan la esfera, el texto, el dominio, la salvación
posible en un mundo en el cual el instante no puede detenerse y todo parece
precipitarse hacia la nada.
Amparo Romero Vásquez
Santiago de Cali,
verano de 2013
CAN�T TAKE MY EYES OFF YOU (Frank Valli)
ResponderBorrar(Chorus 1)
You�re just too good to be true
Can�t take my eyes off you
You�d be like heaven to touch
I wanna hold you so much
At long last love has arrived
And I thank God I�m alive
You�re just too good to be true
Can�t take my eyes off you
Furdon the way that I stare
There�s nothing else to compare
The sight of you leaves me weak
There are no words left to speak
But if you feel like I feel
Please let me know that it�s real
You�re just too good to be true
Can�t take my eyes off you
(Chorus 2)
I love you baby
And if it�s quite all right
I need you baby
To warm my lonely night I love you baby
Trust in me when I say
Oh, pretty baby
Don�t bring me down I pray oh, pretty baby
Now that I found you, stay and let me love you
Baby let me love you...
(Repeat Chorus 1)
(Repeat Chorus 2)