De los rituales que hacemos las mujeres para conjurar las tristezas por nuestros amantes desaparecidos.
Y esperar que la vida te cure las heridas. Idear rituales y coger las flores amarillas y juntar los ramitos de romero y los de yerbabuena y creer en la luna y hacer los tres círculos alrededor de tu nombre junto a su nombre y pensar que la miel y el agua lograrán el milagro y saber que todo es inútil y que para un corazón roto no bastan remiendos de otros amores porque yo misma no estoy ni estoy aquí ni en el otro lugar. Y que saberlo no te ayuda nada. Y que tienes que sonreír y decir hola y la vida continúa y te levantas para mirar si el sol salió esta mañana o si hay nubes para asegurarte de que estás viva de nuevo y que tienes que decirte: debo seguir, aguantar el viaje por hoy. Y pensar y decir hoy no me dolerá y tomar gotas de flores "rosa de la esperanza" para que no me duela, para que no sienta, para que me calme el dolor por esta media hora.